martes, 20 de enero de 2015

¿Tú sabes lo que quieres?

Una de las cosas que me ha resultado más complicada en mi vida es algo que parece una tontería cuando se dice: saber qué quiero. Y cuando me refiero a saber lo que quiero, no hablo de qué quiero comer hoy o de si me gustan los perros o los gatos. Me refiero a lo que quiero en mi vida, mis metas a largo plazo, el gran propósito de mi existencia y los logros que anhelo alcanzar. Siempre he tenido una idea vaga sobre mi futuro, como si el hecho de fijarme una meta clara en todo, pudiera acabar con el lado sorprendente e inesperado de la vida. Cuando me di cuenta de esto, empecé claramente a reflexionar sobre cuáles eran mis sueños, lo que realmente me satisface, dónde me encuentro agusto, qué cosas me proporcionan placer, cuál es el destino de mi viaje. No es fácil. En los últimos años de mi vida he sido consciente de que no tenía muchas cosas claras sobre mí misma, y de que todos los errores que he cometido - decisiones que me han conducido a infelicidad, insatisfacción, baja autoestima - han sido consecuencia de no saber lo que quiero, o de querer cosas, mientras no hacía nada para alcanzar lo deseado. En este tiempo he leído mucho sobre esto, la información es infinita en libros, páginas web, vídeos... Es muy sencilla de entender, pero la dificultad es aplicarla. Al principio es un poco deprimente cuando tu consciencia despierta y ves todo el tiempo que has perdido con algunas personas y haciendo cosas que te alejaban de tu idea de felicidad. Pero  no hay que lamentarse, porque siempre estamos a tiempo de recuperar las riendas de nuestra vida. Lo fundamental es averiguar de una vez qué es lo que realmente deseamos, sin agobiarnos con cómo conseguirlo. Hay que dejar de pensar en lo que quieran los demás para ti, y qué es lo que se espera de ti. Creo que hay que desterrar esa idea parásita sobre que tenemos que devolverle algo al mundo, cuando nunca hemos pedido estar aquí, y comenzar a pensar de una vez en nosotros mismos y nuestras ilusiones. Hay que dejar de hacer las cosas solo con un fin y vivir en el presente y que las cosas sean un fin en sí mismo. Es fundamental acabar con las ideas de culpa y el sentimiento de deuda, porque no le debemos nada a nadie, porque somos libres de elegir nuestro propio destino. 

Lo primero, lo más importante es pensar qué es lo que quieres, pero tiene que ser algo muy concreto, porque si no NO vale. Esto es lo más complejo de todo, concretar, definir tu idea. Porque no vas a un bar y pides "algo para beber y comer", porque entonces, por ejemplo, te pueden poner la cerveza caliente de otro y la comida del perro. No, lo que haces es pedir concretamente lo que quieres. Pues la vida funciona igual. Si no sabes claramente nada de lo que quieres, como me ha pasado a mí en muchas cosas y me sigue pasando en cosas que aún no he logrado definir, vas a verte metido en situaciones (incluso pensando que lo que estás haciendo es "lo correcto"), hasta que te das cuenta de que la estás cagando, así de claro. NO es tarea fácil, de hecho es la parte más difícil de todas las partes de la vida, aunque no lo parezca. 

Próximamente más...

Y recuerda, usa protector solar.